Injerto de encía: cuando realizarlo
Si se pierde parte del tejido gingival, los dientes quedan más expuestos de lo que deberían, produciendo mayor riesgo de infecciones y caries, así como un problema estético para muchos pacientes. El injerto de encía se recomienda en casos de este tipo, aunque en Prodental estudiamos cada caso de forma personalizada, para elegir siempre el tratamiento más adecuado.
Al principio de una retracción de encías no se suele detectar, pero conforme avanza se puede convertir en un problema serio. Si el diente está excesivamente expuesto a la placa bacteriana, se aumenta el riesgo de gingivitis y caries, entre otros problemas de salud dental. Por eso es fundamental acudir a un dentista ante la mínima detección de pérdida de encía. El injerto de encías permite que el paciente recupere la normalidad cuanto antes, sin que afecte a su estilo de vida y bienestar.
Injerto de encía: tipos
Hay distintos tipos de injertos de encías, según las necesidades de cada paciente y el nivel de pérdida gingival que se haya producido.
Injerto de tejido conectivo: a partir de la extracción de tejido conectivo subepitelial, se realiza el injerto de encía alrededor del diente o del implante dental a tratar. Normalmente se emplea esta técnica en casos de encías demasiado finas, cuando se requiere más tejido gingival para hacerlas más gruesas.
Injerto de encías libre: en este caso no se separa el tejido epitelial, sino que se quita de una zona y se coloca en la zona de la encía que se pretende tratar. Se emplea en casos de que el paciente no tenga encía fija alrededor de sus dientes, o para recesión de encías.
Injerto de encías pediculado: el pedículo o trozo de encía que se emplea en este caso es el que rodea al diente tratado, que se cose alrededor del diente o del implante dental.
También hay otras modalidades de injertos de encías, en función de la necesidad y posibilidades que ofrece la boca del paciente.
Tratamiento de injerto de encías en Prodental